La semana de reyes ya es el mejor regalo
Las vacaciones de Navidad son, indudablemente, las más mágicas del calendario y Andorra no se queda al margen de celebrarlas como es debido. Durante todas las fiestas se organizan una gran cantidad de actividades relacionadas con las fiestas navideñas, pensadas para toda la familia.
Ahora bien, si lo que buscas es una escapada romántica, huir de la rutina o simplemente disfrutar del invierno en la montaña, durante la semana de reyes, en el País de los Pirineos encontrarás todo esto y mucho más.
El Principado te permite disfrutar de actividades alternativas complementarias a las vacaciones de Navidad para que sean perfectas.
Comienza el año nuevo de la mejor manera posible
Para aquellos que les apasiona el esquí, la semana de reyes, la que estrena el nuevo año y hasta la tradicional llegada de Sus Majestades los Reyes Magos, el país posibilita, a los fanáticos de la nieve, disfrutar de las mejores condiciones que disponen las estaciones andorranas . Cabe destacar que la afluencia de esquiadores no es tan alta y la calidad de la nieve es excelente.
Por otra parte, para los que buscan unas vacaciones para recuperar y mimar el cuerpo y la mente desconectando de todo, Andorra dispone de centros termolúdicos donde poder relajarse en aguas termales. Caldea abandera esta oferta, pero son muchos los establecimientos que disponen de este servicio y que te permiten disfrutar de sus espacios wellness sin tener que estar alojado.
Obviamente, una actividad que coge mucha relevancia durante la semana de reyes es el shopping. Es la semana ideal para realizar las últimas compras y completar la lista de deseos que se entregan a los Reyes Magos. Además, el Principado se haya en plena campaña de rebajas, adelantándose a las que ofrecen los países vecinos, lo que hace que se encuentren los artículos deseados a precios realmente ventajosos.
Los reyes magos llegan a todos los rincones del planeta
Hecho el repaso de las propuestas con las que se puede disfrutar de todo el país y de todas las posibilidades que ofrece, hay que remarcar que el Principado, también celebra la noche más mágica del año.
Sabemos que los Reyes Magos tienen la capacidad de llegar a todos los rincones del planeta, una magia que, obviamente, también los lleva a Andorra. Es un acontecimiento esperado por toda la familia y que da el pistoletazo de salida el día 4 de enero, con la llegada del paje real, que anuncia la visita de SSMM los Reyes Magos para el día siguiente. Así pues, el día 5, Andorra la Vella y Escaldes-Engordany vuelven a organizar conjuntamente la multitudinaria cabalgata que recorrerá las plazas y calles de las dos poblaciones. En el desfile participan decenas de carrozas y cientos de figurantes que reparten toneladas de caramelos para todos los niños y donde también nos enseñarán los regalos que tienen preparados para entregar esa misma noche.
Cabalgatas de reyes que despiertan emociones
Aparte de la gran cabalgata organizada por los dos núcleos más grandes del país, en el resto de parroquias también se celebran las tradicionales cabalgatas, siendo estas de carácter más cercano. Esta proximidad ofrece la posibilidad a los niños y niñas de estar junto a sus majestades. Un hecho diferencial que destaca respecto a las cabalgatas más multitudinarias, ya que aumenta la emoción y la ilusión de los más pequeños.
En este sentido, por ejemplo en el Pas de la Casa, disfrutaremos de una llegada muy peculiar y espectacular a la vez, ya que la llegada de los Reyes Magos será en vehículos 4x4, culminada con un castillo de fuegos artificiales y una bajada de antorchas por las pistas de las estación de Encamp.
Cierto es que la tradición enmarca la llegada de los reyes magos y sus regalos en un entorno familiar y cercano. Ahora bien, conociendo la magia de estas figuras, acogerlas en un entorno tan propio de la época como el que ofrece Andorra, hace que la magia se mantenga. Y no sólo eso, ya que el primer regalo es tan especial como esperado: la posibilidad de esquiar en las mejores pistas y la mejor nieve. Una experiencia bastante tentadora para atrevernos a adaptar nuestras costumbres al entorno que elegimos.